CDMX a 25 de septiembre, 2023.- La educación, el pilar fundamental de toda sociedad y un vehículo de progreso, se encuentra hoy en un estado de vulnerabilidad en México. La pandemia de COVID-19, una crisis de salud de proporciones globales, ha impactado no solo a los sistemas de salud, sino también a instituciones educativas, profesores, alumnos y padres de familia.
Un reciente estudio de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) ha sacado a la luz las consecuencias de la pandemia en la educación básica del país, y los resultados son preocupantes. En pleno epicentro de la pandemia, muchos alumnos se vieron obligados a adaptarse a un modelo de aprendizaje a distancia, en condiciones a menudo menos que ideales. Las repercusiones de este cambio drástico son ahora evidentes.
Los estudiantes que cursaron cuarto y quinto grado de primaria durante el ciclo 2022-2023, y que enfrentaron dos años académicos en medio de la pandemia, han mostrado un rendimiento significativamente reducido en áreas críticas como Matemáticas y Lectura. Si bien segundo grado de primaria logró superar, aunque con dificultades, las pruebas de lectura, el escenario es sombrío para los demás niveles: del segundo al sexto grado de primaria y en secundaria, la mayoría de los estudiantes no logró satisfacer los criterios mínimos de aprobación.
El fenómeno de la deserción, una problemática que ya afectaba a México, se ha agudizado durante la pandemia. El estudio destaca un aumento en la deserción escolar particularmente en los niveles de primaria y secundaria, evidenciando que los más jóvenes son quienes enfrentan mayores obstáculos para continuar con su educación en estos tiempos sin precedentes.
Ante esta realidad, México tiene por delante un desafío monumental. Es crucial no solo abordar los déficits académicos, sino también asegurar que las futuras generaciones tengan las herramientas y oportunidades necesarias para superar estos obstáculos y contribuir positivamente al país.
