El olvido gubernamental ante el comercio ambulante: El grito de los microempresarios de Cuernavaca

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La falta de apoyo de las autoridades hacia el sector de los microempresarios ha llegado a un punto crítico en Cuernavaca. Raful Barrios García, director general de la Asociación de Microempresarios y Programas Asistenciales (AMIPAC), se ha pronunciado sobre la creciente problemática del comercio ambulante sin control y la inseguridad que azota a los negocios establecidos.

Según Barrios García, sus agremiados han sido los más afectados por la desorganización en el reordenamiento del comercio ambulante. A pesar de las acciones tomadas para limitar a los vendedores ambulantes, estos han crecido en número en las principales avenidas, perjudicando a los negocios que sí cumplen con las normativas y permisos correspondientes.

«A nosotros se nos exige cumplir con una serie de requisitos, mientras que a ellos no», señala García, refiriéndose a la aparente impunidad con la que operan los ambulantes con solo mostrar un emblema sindical.

La inseguridad también se ha convertido en un desafío diario para estos microempresarios. Barrios García destaca que áreas como Lagunilla, Granjas y Altavista son consideradas de alto riesgo. Los asaltos y robos menores han llevado a muchos a cerrar sus puertas más temprano, impactando las ventas y la economía local. A esto se suma la desconfianza hacia las autoridades, haciendo que muchos eviten denunciar delitos por temor a represalias.

El llamado de AMIPAC es claro: se necesita un plan integral que no solo atienda el comercio ambulante, sino también fortalezca la seguridad y la confianza en las autoridad.

 

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